La Guerra Fría y el 68

La Guerra Fría y el 68
Parte del coloquio M68: Ciudadanías en Movimiento, Soledad Loaeza ensayó, en este conversatorio, algunas ideas del contexto internacional del movimiento del 68

Por Karen Rivera

El asesinato de Robert F. Kennedy mientras buscaba la candidatura por parte del Partido Demócrata, en Estados Unidos; la huelga de los estudiantes japoneses en contra de las jerarquías del gobierno oriental, así como la invasión soviética a Checoslovaquia que puso fin a la Primavera de Praga, fueron algunos de los acontecimientos históricos que enmarcaron el movimiento estudiantil de 1968, en México. ¿Qué tienen en común estos sucesos? La investigadora e historiador Soledad Loaeza respondió a esta pregunta durante un conversatorio que ofreció, como parte del coloquio M68: Ciudadanías en movimiento.

“El sentido profundo de estas movilizaciones fue una propuesta antiautoritaria, una rebelión en contra de las jerarquías establecidas, en todos los casos tuvieron un impacto cultural muy importante en el corto y en el mediano plazo, fueron protestas que se desarrollaron al margen de los partidos políticos establecidos.”

Para la historiadora, “el movimiento estudiantil se convirtió en una herida abierta en las relaciones entre el gobierno y los estudiantes universitarios, en las relaciones entre el gobierno y los intelectuales, entre el gobierno y los líderes de opinión que rechazaban el autoritarismo presidencial.”

La doctora en ciencias políticas e investigadora de El Colegio de México, aseguró que para comprender la posición del presidente Gustavo Díaz Ordaz frente al movimiento estudiantil, es necesario tener en cuenta las restricciones personales, institucionales y del contexto exterior que lo aquejaban. “Y en el caso de Díaz Ordaz yo creo que hay que tomar en cuenta también el papel de Luis Echeverría: no era realmente un funcionario sin poder, tenía mucho poder él mismo y sobre el presidente.” En palabras de Loaeza, “el secretario de gobernación en ese momento, Luis Echeverría, es el que precipita la participación del ejército. En el momento en el que el ejército interviene ya se vuelve un problema de otra naturaleza, un problema nacional.”

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